El unipersonal estrenado en 2011 ayuda a reflexionar sobre los mandatos adquiridos y que propone un autoconocimiento entre el público, indicó la protagonista.
Tras cinco años de recorrido con “Exorcismo de mujer”, la actriz Angeles Marset celebrará esta noche las doscientas funciones con una nueva puesta en escena del unipersonal que, si bien no es feminista, indaga en la naturaleza de las mujeres. Se la podrá ver a las 21 en el escenario de Liberart (Moreno 2742), donde se realizará un brindis con los presentes una vez concluído el espectáculo.
“Estas doscientas funciones fueron una profunda experiencia para mi, ya que como actriz es la primera vez en esta profesión que vivo ésto, no solo por la cantidad de funciones sino por su continuidad, ya que fueron de manera ininterrumpida desde su estreno el 3 de diciembre de 2011 y hasta la actualidad”, evaluó la intérprete, que se ganó un Estrella de Mar por este rol.
Marset reconoció que la pieza produce “una gran identificación” entre el público, ya que el personaje que encarna transita “muchos estadíos emocionales, mostrando a todas y todos en su propia universalidad, relacionado con los mandatos y creencias adquiridos y que seguimos repitiendo”, explicó.
A través de su personaje, la actriz muestra “el automaltrato que nos ejercemos sin darnos cuenta, porque nos mentimos. Esto lo llevamos a todas las relaciones: pareja, familia, trabajo, sociedad, negando todo lo que nos hace bien en verdad, porque no nos conocemos”.
Y contó que hay espectadoras que se sienten tan movilizadas que llegaron a ver la obra “más de veinte veces”. “A partir de Exorcismo de mujer es impresionante cómo las máscaras empiezan a caerse quedando todos al desnudo, y en muchos casos sin saber qué hacer. Y vamos comprendiendo que la violencia de género parte en nosotras, porque recién ahora estamos aprendiendo a amarnos, y vemos que el miedo que hemos instalado reside solo en nuestra mente”.
La obra, que tiene dirección de Nora Fernández, pasó por diversos escenarios, desde la sala Melany, la Nachman, sindicatos, contrataciones privadas y espacios de Buenos Aires y Santiago de Chile. “Todo esto me ha dado una importantisima experiencia porque la obra y mi trabajo han crecido muchísimo. Poder experimentar la variedad de público, espacios, cantidad… hace que uno permanentemente esté entrenándose y entregándose, más allá de los resultados”, finalizó.